Las instalaciones de autoconsumo con conexión a la red eléctrica son legales en España desde que se aprobó el Real Decreto 1699/2011. En virtud de sus disposiciones, cualquiera puede instalarse unos paneles fotovoltaicos u otro tipo de tecnología, como la minieólica, y ahorrar en el recibo de la luz con la autoproducción si la generación propia es más barata que la suministrada por la red. Si hay excedentes, porque se consuma instantáneamente menos energía de la que nos suministra nuestra instalación, éstos se vierten a la red sin recibir ninguna compensación a cambio.
Con el índice de irradiación de España, los sistemas fotovoltaicos de autoconsumo ya son rentables en la mayoría del país, con lo que podría pensarse que ahí hay un mercado de presente y de futuro. Sin embargo, no es así: el autoconsumo no despega por culpa del famoso “peaje de respaldo” o impuesto al sol. Éste grava cada kWhautoproducido hasta el punto de impedir el ahorro, es decir, hace que el kWhautoproducido sea más caro que el kWh suministrado por la red.
El peaje de respaldo no se contempla en la regulación, sólo existe como futurible, como amenaza, porque únicamente está incluido en un borrador de Real Decreto que inició su tramitación en julio de 2013 y que duerme el sueño de los justos en algún cajón del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Es la posibilidad de que pueda entrar en vigor, convirtiendo en ruinosas las instalaciones de autoconsumo, lo que impide crecer al mercado. En otros países también se están introduciendo fianzas, tasas, peajes y otras fórmulas para que los autoconsumidores contribuyan a los costes fijos del sistema eléctrico, cuya garantía de servicio no dejan de tener. El monto depende de la estructura de las tarifas eléctricas, del peso de la fiscalidad, del tamaño del sistema de autoconsumo… A diferencia de España, en ninguno de esos países implica eliminar la rentabilidad y lo más frecuente es que se introduzcan exenciones para fomentar la generación distribuida, muy beneficiosa para todos menos para las grandes eléctricas.
El peaje de respaldo no se contempla en la regulación, sólo existe como futurible, como amenaza, porque únicamente está incluido en un borrador de Real Decreto que inició su tramitación en julio de 2013 y que duerme el sueño de los justos en algún cajón del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Es la posibilidad de que pueda entrar en vigor, convirtiendo en ruinosas las instalaciones de autoconsumo, lo que impide crecer al mercado. En otros países también se están introduciendo fianzas, tasas, peajes y otras fórmulas para que los autoconsumidores contribuyan a los costes fijos del sistema eléctrico, cuya garantía de servicio no dejan de tener. El monto depende de la estructura de las tarifas eléctricas, del peso de la fiscalidad, del tamaño del sistema de autoconsumo… A diferencia de España, en ninguno de esos países implica eliminar la rentabilidad y lo más frecuente es que se introduzcan exenciones para fomentar la generación distribuida, muy beneficiosa para todos menos para las grandes eléctricas.
Comparado con lo que se está haciendo fuera, lo de España es una aberración. Un peaje de aplicación más que dudosa. Ahora bien, como el autoconsumo es legal, las empresas –sobre todo fotovoltaicas– lo ofertan;corresponde al posible autoconsumidor decidir si corre el riesgo de que el peaje de respaldo se apruebe tal y como está previsto. Se trata de algo muy improbable, porque contravendría la Ley 24/2013 del Sector Eléctrico y algún principio legal –no te pueden gravar algo que produces para ti mismo–, de modo que no pasaría el filtro de la Justicia. Aun así, hay que tener en cuenta que el fallo de los tribunales llegaría unos cuantos años después de que el peaje entrara el vigor.
Estando así las cosas, el mercado no despega, pero tampoco está muerto. Los datos de REE indican que el año pasado se instalaron 4 MW fotovoltaicos conectados a la red en España, y, teniendo en cuenta que el sistema de primas pasó a mejor vida en 2013, todos ellos, o casi todos –alguno puede haber que se haya retrasado, pendiente de un fallo judicial– son en régimen de autoconsumo. ¿Son conscientes los propietarios de esas instalaciones del riesgo que asumen? Pues quizá sí, y quizá no: hay empresas que ofertan instalaciones de autoconsumo, bajo la etiqueta de “vertido cero”, que aseguran que no sufrirán el peaje de respaldo porque no inyectan excedentes. Incluso hay alguna oferta que hila más fino en el engaño e incluye un aparatito que desconecta el sistema de autoconsumo en caso de que haya excedente para que no se produzca el vertido, afirmando que esa peculiar configuración le excluye de la aplicación del peaje de respaldo.
La configuración del autoconsumo es indiferente La verdad es que no son así las cosas. El hecho de que las instalaciones de autoconsumo viertan o no energía a la red, con aparatito o sin él, es independiente de la aplicación del futurible peaje de respaldo.
El Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión sólo distingue tres tipos de configuración de las instalaciones: a) Aisladas de la red: como no hay conexión a red, no sufrirán el peaje de respaldo ni ningún otro peaje relacionado con el sistema eléctrico. b) Asistidas: son instalaciones conectadas a red que actúan como un sistema auxiliar. Entran en funcionamiento sólo si la red no puede suministrar energía, como ocurre con los generadores de los hospitales. Obviamente, aunque haya autoconsumo, no se trata de instalaciones que aporten ahorro y eficiencia, sino seguridad. c) Interconectadas: todas las que operan simultáneamente con la red, con independencia de su configuración. Aquí sí entra el autoconsumo como medida de ahorro y eficiencia, y tendría que pagar el peaje de respaldo.
Pensemos que esos 4 MW fotovoltaicos que se conectaron el año pasado están en manos de gente consciente de lo que ha hecho, pero visto lo ocurrido con las preferentes de las entidades financieras no pondría la mano en el fuego. En suma, si decides convertirte en autoconsumidor con conexión a la red, ya sea para obtener un ahorro y rentabilidad, ya sea por ecologismo, ya por independizarte un poquito de las eléctricas o por cualquier otra razón, debes tener en cuenta tres cosas: 1. Cualquier configuración del sistema de autoconsumo corre el riesgo de que le apliquen el peaje de respaldo. 2. Es muy improbable que el peaje de respaldo termine siendo tan descabellado como se plantea ahora en el borrador de la futura normativa. 3. Sería extremadamente raro que un juez te condenara si decides no pagarlo, porque se vulneran principios jurídicos básicos. Por lo tanto, si quieres poner un sistema de autoconsumo, hazlo, porque sería muy difícil que no fuera una excelente apuesta a largo plazo. Pero sé consciente de que asumes un riesgo, por favor.
Fuente: http://www.ecoticias.com
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